Jeremias 18 estudio biblico
Sermón de Jeremías 18 1-11
Versículos 18:1 – 20:18: Existe un estrecho vínculo entre (el capítulo 17 y los capítulos 18-20). La destrucción está a la vista (capítulo 17), pero el arrepentimiento aún puede evitarla (18:7-8). Sin embargo, el arrepentimiento no está presente (18:12), por lo que la vasija destrozada de Jeremías ilustra el hecho de que Dios está destrozando a Israel en el juicio (capítulo 19). Luego, el espíritu de rechazo (comparar 19:15), llevó a la persecución contra el portavoz de Dios (capítulo 20).
La palabra de la profecía, como el Targum: esta es una profecía distinta de la anterior, aunque puede estar relacionada con ella. Se refiere a la destrucción amenazada en la última parte del capítulo anterior.
Versículos 2-6: «La casa del alfarero»: Dios envió a Jeremías a un alfarero, que le ilustró dando forma a una vasija. El profeta consiguió una vasija y la utilizó para su propia ilustración (19:1). Jeremías observó al alfarero en su torno. La arcilla blanda se deformó, pero el alfarero le dio la forma de una buena vasija. Así hará Dios con Judá si se arrepiente.
Lo cual, sin duda, era bien conocido por el profeta; pero no se sabe con certeza dónde estaba. Algunos piensan que Jeremías estaba en el templo, y que esta casa estaba debajo de él, y por eso se le pide que baje a ella. Pero de esto no hay certeza, ni siquiera probabilidad. Lo más probable es que esta casa estuviera fuera de la ciudad, tal vez cerca del campo del alfarero (Mateo 27:10); y que al estar bajo, se le ordena que baje a ella.
Comentario de Jeremías 19
Básicamente, lo que ocurre en este capítulo es lo siguiente. Dios le dice a Jeremías que vaya a la casa de un alfarero. Así que va y ve al alfarero haciendo y rehaciendo vasijas de barro. Dios le explica entonces por qué envió a Jeremías a ver eso. Entonces el Señor da un mensaje a Judá basado en la actividad del alfarero. Pero Judá no quiere escucharlo. De hecho, planean una vez más matar a Jeremías. Y el capítulo termina con Jeremías orando para que Dios siga adelante y lleve a cabo el juicio que ha prometido enviar a su pueblo rebelde.
Permítanme explicar esa frase «las ruedas» al final de Jeremías 18:3. Aparentemente, en los tiempos del Antiguo Testamento la gente que hacía alfarería hacía sus vasijas en una rueda superior más grande que estaba más cerca de sus manos. Y ésta estaba conectada, tal vez mediante un tronco de madera, a una segunda rueda que estaba más cerca de los pies del alfarero. Así que eso es lo que quiere decir Jeremías cuando se refiere a «las ruedas». El alfarero hace girar la arcilla con los pies en la rueda inferior y da forma a la arcilla con las manos en la rueda superior.
Ilustraciones del sermón de Jeremías 18
En la casa del alfarero18 Esta es la palabra que vino a Jeremías de parte del Señor: 2 «Baja a la casa del alfarero, y allí te daré mi mensaje». 3 Bajé, pues, a la casa del alfarero, y lo vi trabajando en el torno. 4 Pero la vasija que estaba formando con el barro se le estropeó en las manos; así que el alfarero le dio forma a otra vasija, dándole la forma que mejor le parecía. 5 Entonces vino a mí la palabra del Señor. 6 Dijo: «¿No puedo hacer contigo, Israel, lo mismo que hace este alfarero?», declara el Señor. «Como el barro(A) en la mano del alfarero, así eres tú en mi mano,(B) Israel. 7 Si en algún momento anuncio que una nación o un reino va a ser desarraigado(C), derribado y destruido, 8 y si esa nación a la que advertí se arrepiente de su maldad, entonces me arrepentiré(D) y no le infligiré el desastre(E) que había planeado. 9 Y si en otro momento anuncio que una nación o un reino ha de ser edificado(F) y plantado, 10 y si hace el mal(G) ante mis ojos y no me obedece, entonces reconsideraré(H) el bien que había pensado hacer para ella.(I) Leer capítulo completo
Esquema del sermón de Jeremías 18 1-6
Un alfarero puede dar a un trozo de arcilla la forma que desee. También puede cambiar el tipo de vasija que está haciendo, si cree que las condiciones lo requieren (18:1-4). Así como el alfarero determina el tipo de vasija que hace, Dios determina los destinos de las naciones, y esta es la lección que el pueblo de Judá debe aprender (5-6). Puede anunciar juicios sobre una nación, pero puede retirar esos juicios si la nación se arrepiente. Por otro lado, puede prometer bendiciones a una nación, pero puede retirar esas bendiciones si la nación se rebela (7-10). Jeremías asegura a Judá que puede salvarse de la destrucción venidera si vuelve a Dios (11). Judá, sin embargo, se niega a cambiar sus costumbres (12).Al apartarse de Dios y volverse a los ídolos, Judá ha hecho algo que es casi increíble. Tal acción es tan antinatural como la de una virgen que se convierte repentinamente en prostituta, o la de un arroyo de montaña alimentado por la nieve que se seca de repente (13-15). Los espectadores sacuden la cabeza con asombro ante la locura de Judá. Sólo puede conducir a la calamidad (16-17).
