Asesinato de 43 estudiantes en mexico
Estudiante asesinado en México
Llegué a Iguala a finales de octubre de 2014 con mi colega Steve Fisher. En ese momento me vi obligada a vivir en Berkeley, California, después de haber sido amenazada por exponer las conexiones entre altos funcionarios del gobierno mexicano y el Cártel de Sinaloa. Quería construir un nuevo futuro en Estados Unidos con mis dos hijos y no tenía intención de volver a México en mucho tiempo.
Pero aquella fatídica noche del 26 de septiembre, todo cambió: cien estudiantes de una escuela de magisterio de Ayotzinapa fueron atacados por pistoleros armados. Tras el ataque, 43 de ellos desaparecieron. Fue como si se hubieran desvanecido en el aire.
La versión oficial dada por el entonces presidente Enrique Peña Nieto, el fiscal general, el ministro de Defensa y el ministro del Interior fue que los estudiantes habían llegado a Iguala en varios autobuses para interrumpir un mitin político de la esposa del alcalde. El alcalde ordenó entonces a la policía que interviniera y, con el apoyo de un grupo local de delincuentes, los hiciera desaparecer. Al parecer, los 43 estudiantes fueron asesinados esa misma noche y quemados en un vertedero.La periodista y escritora Anabel Hernández
Mapa de los cárteles mexicanos
El 26 de septiembre de 2014, en Iguala, Guerrero, la policía estatal abrió fuego contra tres autobuses que transportaban a estudiantes de la Escuela Normal de camino a una protesta, matando a tres estudiantes y a otros tres transeúntes. Cuarenta y tres estudiantes en total fueron detenidos y posteriormente desaparecidos por la policía municipal. Al día siguiente, el cuerpo sin vida de Julio César Mondragón Fontes, uno de los estudiantes secuestrados por la policía, fue arrojado en medio de una calle muy transitada. Le habían arrancado la cara y los ojos. El gobierno mexicano negó inmediatamente su implicación en este acto, a pesar de que tuvo lugar en medio de los continuos esfuerzos por suprimir las escuelas normales rurales, y de los probados vínculos entre las fuerzas de seguridad y los sindicatos del crimen.
Tanto el gobierno local como el federal han presentado versiones contradictorias de los hechos. Desde entonces, Los otros desparecidos, un grupo civil liderado por Miguel Ángel Jiménez Blanco, comenzó a buscar a sus desaparecidos. Sólo este grupo ha desenterrado más de cincuenta fosas clandestinas con casi doscientos cuerpos en el municipio de Iguala, pero ninguno de ellos correspondía a los cuarenta y tres estudiantes. Después de muchas amenazas contra su vida, Jiménez Blanco fue asesinado el 8 de agosto de 2015.
Asesinatos del cártel mexicano
La desaparición masiva de los estudiantes provocó la indignación internacional por la impunidad en México y causó un daño duradero a la administración del entonces presidente Enrique Peña Nieto, sobre todo porque los expertos internacionales en derechos humanos criticaron la investigación oficial por estar plagada de errores y abusos.
“Sus acciones, omisiones o participación permitieron la desaparición y ejecución de los estudiantes, así como el asesinato de otras seis personas”, dijo Encinas, que encabeza la comisión y es también subsecretario de Interior.
El cártel confundió a los estudiantes con miembros de una banda rival y los mató antes de incinerar y arrojar sus restos, según ese informe, que no atribuye la responsabilidad a los militares.
Personas pegan carteles en una pared con imágenes de algunos de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa desaparecidos durante una marcha para conmemorar el 43º mes desde su desaparición en el estado de Guerrero, en Ciudad de México, México, el 26 de abril de 2018 [Archivo: Henry Romero/Reuters].
Masacre en México
FOTO DE ARCHIVO: Familiares de los 43 estudiantes desaparecidos de la Escuela Normal de Ayotzinapa participan durante una conferencia de prensa mientras reaccionan al informe presentado por miembros de un equipo de expertos internacionales, en Ciudad de México, México, 29 de marzo de 2022. REUTERS/Edgard Garrido reuters_tickers
CIUDAD DE MÉXICO (Reuters) – Las autoridades mexicanas calificaron el jueves la desaparición de 43 estudiantes en 2014 como un crimen de Estado que fue encubierto por el Gobierno, en otra evaluación condenatoria de las acciones de la administración anterior en relación con una de las peores atrocidades contra los derechos humanos en México.
El presidente Andrés Manuel López Obrador se ha comprometido a revelar lo que ocurrió con los estudiantes, que desaparecieron en la ciudad suroccidental de Iguala en septiembre de 2014, tras desestimar la versión de los hechos del gobierno anterior.
El caso provocó la indignación internacional por las desapariciones y la impunidad en México, y causó un daño duradero a la administración del entonces presidente Enrique Peña Nieto, sobre todo porque los expertos internacionales en derechos humanos criticaron la investigación oficial por estar plagada de errores y abusos.