6 técnicas de estudio
Técnicas de aprendizaje eficaces
La práctica espaciada es exactamente lo contrario del empollamiento (trabajo intensivo). Es cuando se repite el estudio durante periodos de tiempo más largos. Está demostrado que si se repite lo que se ha estudiado a lo largo del tiempo, aumenta la “fuerza de recuperación y almacenamiento” (es decir, la memoria y la capacidad de acceder a la información).
Si estudias durante un periodo corto de tiempo, tu fuerza de recuperación mejora, pero tu fuerza de almacenamiento se reduce. Por lo tanto, estudiar mucho puede funcionar, pero sólo si quieres retener la información durante un periodo corto de tiempo, por ejemplo, para aprobar un examen.
Es comprensible que los estudiantes lo hagan, porque han comprobado que les ha dado resultado. Sin embargo, si necesitas esa información para el siguiente nivel de estudio, ¡puedes tener que aprenderla de nuevo!
La misma cantidad de estudio repetido, de la misma información, espaciado en el tiempo, conducirá a una mayor retención de esa información a largo plazo, en comparación con el estudio repetido de la misma información durante la misma cantidad de tiempo en una sola sesión de estudio.
Cómo estudiar eficazmente
Imagina que es el día del examen. Aunque lo sabías desde hace semanas, no ha sido hasta los dos últimos días cuando te has puesto a estudiar de verdad. A pesar de haber pasado cuatro horas estudiando en tu habitación la noche anterior, de repente te quedas en blanco. El pánico se apodera de ti cuando te das cuenta de que no estás preparado. ¿Qué ha fallado en tus técnicas de estudio? ¿Y cómo puedes repasar esas técnicas de estudio para asegurarte de que esto no vuelva a ocurrir?
Saber estudiar no es algo que resulte natural para todo el mundo. Incluso los estudiantes que suelen ir bien en la escuela pueden tener problemas para memorizar una lista de fechas o una secuencia de ecuaciones. La buena noticia es que puedes desarrollar habilidades de estudio eficaces con el tiempo.
Tanto si te preparas para un examen final, como si repasas contenidos para tu propio beneficio o te preparas para un examen estandarizado importante, es fundamental desarrollar unas técnicas de estudio sólidas que se adapten a tu estilo de aprendizaje.
A menudo resulta tentador dejar el estudio para el último momento. Si estás ocupado con las actividades extracurriculares, el trabajo u otros compromisos, encontrar el tiempo para estudiar puede no ser fácil. Sin embargo, la dilación y, en particular, las sesiones nocturnas de estudio, pueden ser contraproducentes.
Métodos de estudio activos
¿Cómo aprendiste a montar en bicicleta? Probablemente alguien te dio unas cuantas lecciones y luego practicaste mucho. Puedes aprender a estudiar de la misma manera. Nadie nace sabiendo estudiar. Hay que aprender algunas técnicas de estudio y luego practicarlas.
Aquí tienes una adivinanza: ¿Sabías que antes de empezar a estudiar, ya has empezado? ¿Eh? Esto es lo que queremos decir. Cuando prestas atención en clase y tomas buenos apuntes, estás empezando el proceso de aprendizaje y estudio.
¿Te cuesta prestar atención en clase? ¿Estás sentado junto a una persona ruidosa? ¿Te cuesta ver la pizarra? Asegúrate de estar sentado en un buen sitio que te permita prestar atención. Informa a tu profesor o a tus padres de cualquier problema que te impida prestar atención y tomar buenos apuntes.
¿No sabes cómo tomar notas? Empieza por anotar los datos que tu profesor menciona o escribe en la pizarra durante la clase. Procura utilizar una buena letra para poder leer tus apuntes más tarde. También es una buena idea mantener tus apuntes, pruebas y trabajos organizados por materias.
Qué es el estudio activo
Con demasiada frecuencia, la gente se imagina que las largas horas de estudio son el mejor camino para ser un estudiante modélico y de sobresaliente. Sin embargo, las investigaciones demuestran que los estudiantes con más éxito pasan menos tiempo estudiando que sus compañeros, simplemente estudian de forma más eficaz.
En esta época de redes sociales y distracciones digitales, muchos estudiantes -y adultos- realizan muchas tareas múltiples. Pero no existe la multitarea con éxito, porque gran parte del tiempo que se emplea se pierde en el cambio de contexto, donde el cerebro tiene que reiniciar y volver a centrarse.
Consideremos la fórmula “trabajo realizado = intensidad de la concentración X tiempo empleado”. Un estudiante que está estudiando para la asignatura de Biología, pero que también revisa sus textos y se desplaza por Instagram, tiene una intensidad de concentración baja, digamos un 3. Aunque pasa 3 horas “estudiando”, su trabajo realizado es sólo un 9.
Por otro lado, un estudiante que toma medidas para centrarse únicamente en la Biología AP tiene una alta intensidad de enfoque-un 10. Aunque sólo pasa una hora estudiando, logra más que su compañero distraído en 3 horas.